Ya lo adelantábamos hace dos meses. Bajo la piel de las ciudades circula puro cine. El verano produjo un parón en "Lejos de Kansas". Fue un período abundante en tornados y nuestra casa sobrevoló medio mundo. La buena noticia es que hemos vuelto con las retinas cargadas de imágenes. Si la Ciudad Esmeralda les parece fascinante, esperen a leer lo que nos deparó nuestro viaje...
Bienvenidos al espacio de las calles abigarradas, pero también de las amplias avenidas y de un redefinido skyline que cuenta con los rascacielos más altos del viejo continente. Los nuevos directores que irrumpieron en la década de los noventa reportaron oleadas de espectadores a las taquillas. Enseguida se hicieron dueños de los iconos de la ciudad y los situaron con acierto en el clímax de sus ficciones. ¿Recuerdan al anticristo encaramado a la Puerta de Europa? ¿Y a Eduardo Noriega en plena paranoia amorosa en la azotea de Torre Picasso?
Si todavía no les parece demasiado variopinto, pásense por la Plaza de España. En uno de sus áticos les alojará el vampírico Will More. No se extrañen si se filma a sí mismo en pleno "Arrebato" mientras Marta Fernández Muro se fuma un porro. Estamos en La Movida. Las calles del barrio de Malasaña rebosan sustancias.
Almodóvar filma sus primeros Súper 8. Dicen que se convertirá en el director que más y mejor retrate esta ciudad de locura. La Plaza del Alamillo aguarda el sonido de unos "Tacones Lejanos". La que se acerca es Marisa Paredes. Entretanto, señalan a Eloy de la Iglesia como un director curtido en personajes al límite y en los límites de la urbe.
"Surcos" inaugura el Neorrealismo en España. Hemos retrocedido a los años más duros de la represión franquista. Los personajes practican el estraperlo como única salvaguarda. La ciudad es más gris que nunca. Pero no se dejen engañar. Todavía quedan dos perlas por descubrir: "Cielo Negro" y su interminable travelling más allá del Viaducto, y "La Torre De Los Siete Jorobados", con una recreación alucinada de Madrid en el subsuelo. Es cine de culto por derecho propio. No hay nada como salir de casa.